jueves, 25 de septiembre de 2014

Cuatro años...

Hace ya cuatro años, tras estar otros tantos trabajando como informático, decidí estudiar una carrera. La gente me decía que estaba loco, que con mi edad y con un trabajo fijo, en estos tiempos que corren, no debería dejarlo para estudiar, pero lo hice y por una vez la cabezonería me ha servido para algo. Desde pequeño había algo en la Geología que me atraía, en principio fueron los dinosaurios, pero esa predilección fue serpenteando a lo largo de los años sin salirse de los lÍmites de la geología, sin ni siquiera darme cuenta. Y así fue, empecé hace cuatro años y a día de hoy puedo decir que he terminado la carrera.

La carrera, no os voy a engañar, como todo en esta vida, tiene momentos buenos y momentos malos. Pero si alguien me preguntara si ha valido la pena estar estos cuatro años “enterrado” entre libros, diría que sí, rotundamente sí. Como si de una lista de pros y contras se tratara, en esta lista, los pros superan con creces a los contras. Los contras son por cualquier estudiante conocidos: trabajo, estudio, sacrificio, nervios, cabreos, etc. Los pros, haber tenido la oportunidad de estudiar tu vocación y poder trabajar en lo que te apasiona; “Trabaja en lo que te gusta y no tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, tal y como dijo Confucio. Tras haber trabajado varios años de informático me di cuenta que no valía la pena trabajar en cualquier cosa por mucho dinero que ganases.

Otros pros en mi caso tienen mucha personalidad. Todo aquello que he visto, aprendido y vivido durante mis cuatro años de carrera siempre ha estado acompañado por grandes personas. Esas personas con las que discutes en los trabajos, con las que te ríes en los laboratorios, con las que convives y con las que has disfrutado de cada uno de los días de prácticas y sus noches.

Por todo ello, gracias, gracias a todos aquellos que me han apoyado, animado, ayudado, enseñado y aguantado durante esta etapa de mi vida.


Francisco José Llinares Monllor. Alumno en prácticas en GeaLand