Hace ya cuatro años, tras estar otros
tantos trabajando como informático, decidí estudiar una carrera. La gente me decía
que estaba loco, que con mi edad y con un trabajo fijo, en estos tiempos que
corren, no debería dejarlo para estudiar, pero lo hice y por una vez la cabezonería
me ha servido para algo. Desde pequeño había algo en la Geología que me atraía,
en principio fueron los dinosaurios, pero esa predilección fue serpenteando a
lo largo de los años sin salirse de los lÍmites de la geología, sin ni siquiera
darme cuenta. Y así fue, empecé hace cuatro años y a día de hoy puedo decir que
he terminado la carrera.
La carrera, no os voy a engañar, como
todo en esta vida, tiene momentos buenos y momentos malos. Pero si alguien me
preguntara si ha valido la pena estar estos cuatro años “enterrado” entre
libros, diría que sí, rotundamente sí. Como si de una lista de pros y contras
se tratara, en esta lista, los pros superan con creces a los contras. Los
contras son por cualquier estudiante conocidos: trabajo, estudio, sacrificio,
nervios, cabreos, etc. Los pros, haber tenido la oportunidad de estudiar tu vocación
y poder trabajar en lo que te apasiona; “Trabaja en lo que te gusta y no
tendrás que trabajar ningún día de tu vida”, tal y como dijo Confucio. Tras haber
trabajado varios años de informático me di cuenta que no valía la pena trabajar
en cualquier cosa por mucho dinero que ganases.
Otros pros en mi caso tienen mucha
personalidad. Todo aquello que he visto, aprendido y vivido durante mis cuatro
años de carrera siempre ha estado acompañado por grandes personas. Esas
personas con las que discutes en los trabajos, con las que te ríes en los
laboratorios, con las que convives y con las que has disfrutado de cada uno de
los días de prácticas y sus noches.
Por todo ello, gracias, gracias a
todos aquellos que me han apoyado, animado, ayudado, enseñado y aguantado
durante esta etapa de mi vida.
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