Estamos
en pleno agosto y no hay nada tan refrescante como un chapuzón en la playa.
Mientras vamos metiendo los pies en el mar, notamos el agua fresca y como el
oleaje hace que pequeños granos de arena choquen contra nuestras extremidades.
Es una sensación curiosa y se trata de un buen momento para observar cómo
alrededor de nosotros, el ir y venir del agua sobre el fondo va generando una
especie de rizadura como consecuencia del arrastre de partículas de arena.
Estamos viendo cómo se forman los ripples, estructuras sedimentarias que
también encontramos fosilizadas en las rocas de hace muchos millones de años.
Los
ripples son estructuras que aparecen en la superficie superior (techo) de rocas
sedimentarias detríticas de tamaño de grano medio y fino –como las areniscas– y
suelen consistir en una sucesión de crestas y valles más o menos paralelos que
dan a la superficie del sedimento un aspecto ondulado.
Hay
muchos tipos de ripples y su forma y tamaño depende de la energía del medio, el
tamaño de las partículas o de la profundidad del agua. Al tratarse de
estructuras móviles variarán su posición y forma a lo largo del tiempo. Pero
atención, que también se pueden generar ripples subáreos.
Los
ripples son estructuras muy útiles para los geólogos ya que permiten determinar
si un estrato está invertido o no (polaridad de los estratos) o el tipo de
ambiente dónde se formaron. De esta forma, resulta necesario conservarlos en el
lugar donde se encuentran.
Ahora que ya has visto los ripples de
la playa, anímate a identificarlos en el campo!
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